Una de las grandes preguntas del MTB es siempre ¿Qué presión debo llevar en las ruedas? No existe una fórmula mágica, pero te dejamos unos cuantos consejos que te ayudarán a encontrar la presión ideal para tus llantas o neumáticos.
El Mountain Bike es un mundo que se ha ido especializando hasta límites insospechados. Atrás quedaron los tiempos en los que la rueda se hinchaba “a ojo” y se calibraba apretando con la mano hasta que quedase dura. Hoy en día, que en función de la ruta del día, regulamos SAG de horquillas y amortiguadores, elegimos un neumático u otro, y hacemos mil ajustes, no podemos olvidarnos de llevar la presión apropiada de las ruedas.
Si hacemos las cosas mal corremos un doble riesgo, una rueda excesivamente hinchada, además de que es más fácil de pinchar y se incrementa el riesgo de reventón, será más rebotona y peligrosa en las curvas y zonas rotas. Sin embargo, si llevamos la presión muy baja, además de alentarnos innecesariamente, implica cierto riesgo de destalonar o de flanear en las curvas haciendo la bicicleta ingobernable.
Antes de nada, lo primero que debemos saber es el rango de presión que admite cada llanta o cubierta. En Michelin, por ejemplo, los neumáticos más habituales para usar con cámara de 29x2.25 las presiones que acepta son entre 1,8 y 4 bar (de 29 a 58 psi), mientras que Continental en la misma medida y neumáticos similares son de 3,5 a 4,5 bar (entre 50 y 65 psi).
El uso para el que esté destinado la llanta influye también mucho en la presión que acepta, básicamente por su construcción. No es lo mismo un neumático XC, pensado para ser muy ligero y que irá más inflado para que el rozamiento sea menor, que uno de Enduro que, además de ser más robusto en toda su estructura, llevará algo menos de presión para tener mayor capacidad de absorción de impactos sin que llegue a reventar. De esta forma, el tipo de neumático y sus dimensiones nos va a dar el primer rango de medidas que debemos tener en cuenta, cuanto más estrecho y cerca del XC, mayor presión llevará.
Otro factor que nos marcará este rango es si llevamos cámara o es tubeless, ya que los neumáticos tubeless admiten presiones menores (los flancos están más reforzados y mantienen la estructura del neumático con menos cantidad de aire) que las cámaras, con las ventajas (mejor tracción y agarre) e inconvenientes (Alentan un poco más) que esto supone.
Calcular la presión en función de nuestro peso
El siguiente factor que tenemos que valorar es nuestro peso y tipo de bicicleta, ambos en conjunto. Y cuando decimos nuestro peso es con todo el equipo puesto (Casco, mochila de hidratación cargada, etc.), ya que supondremos la práctica totalidad del peso que van a soportar las ruedas (La bicicleta sólo supone el 10-15% del peso total).
Aquí no hay fórmulas mágicas que nos lo determinen. Existen algunas aplicaciones (como iTire de Vittoria) que te ayudan a calcular la presión en función de todos los parámetros que hemos visto, pero lo único que realmente funciona es la prueba de ensayo y error. Es decir, que probemos el mismo recorrido con diferentes presiones hasta encontrar la que nos gusta.
Para ello no hace falta una ruta de muchos kilómetros, muchas veces con unos simples ejercicios, un salto y unas curvas, tendremos perfectamente calibrado el comportamiento de las ruedas. Lo mejor es buscar un punto intermedio entre las presiones recomendadas por el fabricante, que ya habrá tenido en cuenta el terreno ideal para el que está diseñada la cubierta, si es tubeless, tubeless ready o de cámara, etc., e ir probando inflando o quitando poco a poco (de 5 en 5 psi) hasta que nos encontremos a gusto.
Lo lógico será que si nuestro peso y talla está por encima de la media tengamos que añadir aire y si está por debajo tengamos que quitarla. Los bikers con menos peso podrán acercarse a las medidas mínimas de presión del neumático, mientras que los más pesados al límite superior. En cubiertas que están dentro de los rangos medios (de 2 a 4 bar) no hay problema, pero en las que admiten presiones excesivamente bajas (incluso de 1,7 bar hay en el mercado) o altas (como las Continental que hemos visto a 4,5) no es recomendable.
La presión ideal
Insistimos, sin existir una fórmula mágica, lo ideal es que encontremos la presión más baja (reduciremos el efecto rebote del neumático, los riesgos de pinchazo y aumentaremos su tracción y agarre) en la que no notemos los efectos negativos (pellizcos, flaneo en curvas y derrapes, sensación de lastre).
Las dos medidas principales
Como hemos visto a lo largo del artículo, la presión se mide en dos unidades bar y psi. El bar equivale, aproximadamente, a una atmósfera terrestre, es decir, a la presión del aire a nivel del mar. El psi es la medida anglosajona y significa libras por pulgada (Pounds per square inch). En ambos caso la presión ambiente es 0 y equivalente, luego 1 psi equivale a 0,07 bar, o lo que es lo mismo, un bar son 14,5 psi.
La importancia de una bomba de pie
Una bomba de pie (o bomba de taller) es algo que todo ciclista o biker debería tener en casa. No sólo porque con ellas podremos dar más presión (y más rápido) que con las bombas de mano, sino porque además podremos controlar la cantidad de aire que introducimos en la rueda gracias al manómetro.
Otra ventaja que tienen es que la inmensa mayoría de ellas tienen una boca doble para poder inflar tanto válvulas tipo “Presta”, de válvula fina, como las de tipo “Schrader”, o de válvula gorda. Aunque estas últimas cada vez están más en desuso, especialmente con la implantación de los tubeless, todavía quedan bicicletas que utilizan cámaras con estas válvulas, especialmente las de niño, las urbanas o las de trekking.
Precisamente, para poder inflar una llanta tubeless de grandes dimensiones, necesitaremos una bomba capaz de introducir mucha cantidad de aire en muy poco tiempo, para poder expandir y talonar la cubierta de forma correcta. Esto no es sencillo de conseguir con una bomba de mano, por lo que es fundamental que tengamos en casa una buena bomba de pie.
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