Entre una bicicleta rígida y una doble suspensión ¿Cuál es mejor?


Una de las eternas preguntas que los aficionados al Mountain Bike nos formulamos a la hora de adquirir una bicicleta nueva. Cada una tiene sus pros y sus contras, pero a la hora de la verdad nunca tenemos claro que opción elegir. En este artículo intentaremos dar nuestra opinión al respecto.

La elección de un tipo u otro dependerá en gran medida del presupuesto que tengamos pensado para nuestra nueva adquisición. Las bicicletas de doble suspensión generalmente son más caras que las de suspensión delantera, o montan peores componentes por el mismo precio. También son un poco más pesadas, por lo que si estamos acostumbrados a montar en una rígida delgadita notaremos el exceso de peso en nuestras piernas. Por otra parte, los sistemas de doble suspensión requieren de cuidados extra por nuestra parte, al existir más partes móviles en el conjunto que precisan de mantenimiento.

Pero no todo es malo. Las bicicletas de doble suspensión son las más versátiles, y podremos usarlas para hacer prácticamente de todo por el monte. La comodidad de pedalear sobre una doble no tiene nada que ver con una rígida, ya que la suspensión trasera absorbe baches, piedras, raíces y demás de manera altamente eficiente, cosa que nuestro culo agradecerá.

En la actualidad, los amortiguadores traseros cuentan con tecnologías muy avanzadas, que absorben la contaminación del pedaleo (es decir, que no vamos botando en cada pedalada), y permiten el bloqueo y el ajuste de los mismos como si de una suspensión delantera se tratase. Por ello, podremos subir paredes con la misma eficacia que con una rigida mientras que podremos bajar con más seguridad debido a la absorción de obstáculos del sistema trasero de suspensión.

Si vamos a competir, quizá lo más conveniente es una bicicleta rígida, pero simplemente por el hecho de que pesará unos gramos menos que una doble de competición y porque también resultará más económica. Aunque si el presupuesto no es un problema, una doble suspensión orientada a la competición no tiene nada que envidiar a su homóloga rígida. Todo lo contrario.

Los bikers de experiencia lo tenemos claro: Una bicicleta de doble suspensión es más cara, requieren más conocimientos de mecánica por parte de nosotros y son más difíciles de ajustar, pero también son muy bonitas, funcionan muy bien y la comodidad que nos ofrece una bicicleta de doble suspensión no tiene rival en la montaña.

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