Todas las bombas de aire, sin importar el tipo, cuentan con un pistón (o émbolo), una válvula antirretorno y una cámara de aire, como elementos principales para que funcionen.
Existen cuatro tipos, principalmente:
- Bomba de piso
- Bomba de mano
- Bomba de pie
- Electrónicas
Cada una tiene su razón de ser y una vez que las conozcas, podrás elegir la que más te conviene. Las cualidades que debes revisar en cada una de ellas son:
- Presión máxima de inflado (declarada en PSI o Bar)
- Tipo de válvula con la que son compatibles
- Tamaño de la cámara de aire. Entre más grande, mayor capacidad de inflado.
- La presión máxima que necesites dependerá del tipo de bicicleta que estés usando.
El tipo de válvula es esencial. Existen dos tipos de válvulas en las cámaras de aire para bicicleta: americana o francesa. También llamadas Schrader (por su inventor August Schrader) y presta.
Casi todas las bombas vienen preparadas para recibir ambas válvulas. Puede que el diseño muestre a primera vista ambas entradas o que tengas que darle vuelta a los empaques.
Las bombas de mano puede ser de doble acción, y eso facilitará el inflado de tus llantas. Casi todas las bombas de mano vienen con un soporte para montarlo en el cuadro de la bicicleta.
Algunas personas prefieren llevarlas en sus mochilas de hidratación o en la bolsa del jersey. Todo dependerá de tu preferencia y claro, del tamaño de la bomba.
Un aspecto que hace la diferencia es que la bomba que busques sea de “doble acción”, es decir, que infle la llanta tanto al oprimir el émbolo como al sacarlo. Con esto evitarás esfuerzo extra.
Hoy en día puedes sustituir la bomba portátil por unas bombonas de CO2 y un niplo, pero nunca reemplazará lo útil que es cualquier bomba manual, todo ciclista debería llevar una consigo, esperamos que no tengas que comprobarlo rodando a gran distancia de casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario